Las fachadas son la interfaz entre el interior y el exterior de un edificio. Son su parte más llamativa y visible; lo protegen de agentes externos y son uno de los principales contribuyentes a la creación de ambientes cómodos, ya que es donde ocurren las ganancias y pérdidas térmicas. Al igual que nuestra piel, un órgano extremadamente versátil de nuestro cuerpo, debería ser natural que las fachadas de los edificios incorporen la tecnología necesaria para adaptarse a las condiciones ambientales de su entorno.
Por eso el concepto de "Fachadas Inteligentes" se menciona cada vez más. Una fachada puede considerarse inteligente cuando se adapta a las condiciones ambientales y se transforma simultáneamente. Esto sucede a través de sus componentes (pasivos o activos), que se ajustan para adaptarse a diferentes condiciones, respondiendo a los cambios que ocurren en el exterior y el interior del edificio. Cuando se trata de fachadas, el enfoque principal está en la ecuación de maximizar la luz solar natural, proteger de la radiación solar y controlar la ventilación y la entrada/salida de calor. Estos intercambios pueden ocurrir a través del acristalamiento, el que se puede considerar "inteligente" cuando sus propiedades de transmisión de luz cambian debido al voltaje eléctrico, la luz o el calor aplicado, haciendo que el vidrio cambie su apariencia, alterando la intensidad y ciertas longitudes de onda de la luz.
Anteriormente publicamos un artículo sobre fachadas adaptativas para una arquitectura más resiliente, presentando una variedad de tecnologías que se adaptan al entorno natural de los edificios. Aunque muchas de estas soluciones pueden parecer ciencia ficción, ya existen en el mercado vidrios inteligentes que permiten controlar la transmisión de luz, la transparencia y hasta activar "deshielos automáticos", haciendo que los edificios sean más inteligentes y ecológicos. Hemos seleccionado algunas soluciones aplicables a continuación:
Vidrios que cambian de apariencia a partir de un estímulo
SageGlass es un vidrio electrocrómico comercializado por Saint-Gobain. Al modificar la tensión aplicada en la lámina de vidrio, es posible controlar su color y, en consecuencia, cambiar las intensidades de luz y la radiación ultravioleta e infrarroja transmitida a través de estos materiales. Es decir, este vidrio dinámico permite a los usuarios del edificio controlar activamente la luz natural y la ganancia de calor solar, mejorando la comodidad y reduciendo significativamente el consumo de energía. El teñido dinámico del vidrio es impulsado por un sistema de control inteligente que utiliza sensores para teñirse automáticamente en respuesta a las condiciones de luz, aunque también se puede controlar su apariencia desde un teléfono móvil. Es importante mencionar que su principal beneficio es la capacidad de mantener siempre el contacto visual con el exterior a través del vidrio.
Priva-Lite, por su parte, es una solución única en la gestión del espacio a través del control instantáneo de la opalescencia (transparencia y translucidez). Es un vidrio activo que, alimentado por electricidad, cambia de translúcido a transparente sin cambiar la transmitancia de la luz. Su principal beneficio es precisamente el de obtener privacidad mientras se mantiene el acceso a la luz natural. Además, el vidrio ofrece la posibilidad de realizar proyecciones dinámicas de videos e imágenes, transformando la fachada en una pantalla grande.
Vidrios que entregan calor al interior
Eglas es una solución integrada de calefacción invisible, que permite una mayor comodidad interna, tanto visual como térmica. Fue desarrollada en 1986 en Finlandia y, por supuesto, está destinada a países más fríos. La solución se basa en dos factores: la corriente eléctrica y una capa de óxidos metálicos, aplicados en la superficie del vidrio. Dependiendo del tipo de aplicación y la estructura de vidrio, además de ayudar a calentar la habitación, también puede evitar la condensación e incluso aportar en el deshielo del vidrio.
Vidrios autolimpiantes
El vidrio autolimpiante también es una realidad. Aplicando una capa transparente de materiales minerales hidrofílicos y fotocatalíticos durante el proceso de fabricación, el vidrio utiliza el poder de la radiación UV, contenida en la luz solar y la lluvia, para controlar eficientemente la suciedad que se acumula en el exterior de las ventanas. La exposición a la radiación UV desencadena la descomposición de la suciedad orgánica y hace que la superficie del vidrio sea hidrófila. La lluvia (o agua) forma una capa a través del vidrio y enjuaga la suciedad orgánica y los materiales minerales. Para la fachada, el principal beneficio es el mantenimiento, ya que la idea es reducir a la mitad la necesidad de limpieza, reduciendo el costo de andamios, grúas o todas las operaciones peligrosas que implican la limpieza de fachadas de edificios altos.
Es importante tener en cuenta que, a pesar de los avances tecnológicos relacionados con las fachadas, se pueden lograr muchos avances en términos de sostenibilidad mediante un diseño consciente y eligiendo materiales que sean adecuados para el clima y el medio ambiente. La combinación de sistemas y materiales tradicionales e inteligentes puede mejorar enormemente la comodidad y la eficiencia de un edificio.